Traductor - Translation

La tapa de siempre

La tapa de siempre
Violeta y el Camino de los 22 Arcanos

jueves, 11 de septiembre de 2014

Nueva traducción de cuento de Tolstoi . cuarta parte

Aquello por lo que viven los seres humanos (4)

Relato de León Tolstoy

Traducción y adaptación
Savitri Ingrid Mayer


4.

  La mujer se fue con las niñas y Miguel se levantó del banco.
  Se sacó el delantal, lo dobló, se inclinó frente al zapatero y su mujer, y les dijo:
—Dios me ha perdonado… Ustedes también deben perdonarme…
  El maestro zapatero y su esposa vieron una luz que brotaba de Miguel…
   Semión se levantó, se inclinó ante él y declaró:
—Ya vi, Miguel, que no eres un hombre común, y no puedo pedirte que te quedes. Pero dime: ¿por qué, cuando te encontré y te traje aquí, estabas triste, y cuando mi esposa te dio de comer, le sonreíste y pareció que resplandecías?... Después, cuando el caballero ordenó las botas, sonreíste por segunda vez, y resplandeciste más aun… Y ahora, cuando la mujer trajo a las niñas, sonreíste por tercera vez, y tu resplandor fue mayor que nunca…  Dime, Miguel, ¿por qué esa luz viene de ti y por qué sonreíste tres veces?
   Y Miguel respondió:
—La luz sale de mí, porque había sido castigado pero ahora Dios me ha perdonado. Y sonreí tres veces, porque tenía que aprender tres verdades de Dios, y ya las he aprendido... Una verdad la aprendí cuando tu esposa se apiadó de mí…, por eso sonreí la primera vez. La segunda verdad la aprendí cuando el hombre rico ordenó las botas, y entonces sonreí por segunda vez. Y ahora, cuando vi a las niñas, aprendí la tercera verdad, y sonreí por tercera vez.
  Semión siguió preguntando:
—Dime, Miguel, por qué Dios te castigó, y cuáles son esas verdades de Dios, para que yo las conozca.
   Y Miguel respondió:
—Dios me castigó porque no obedecí… Yo era un ángel en el cielo y desobedecí a Dios… Dios me había enviado abajo para buscar el alma de una mujer… Volé a la tierra, y vi que la mujer yacía enferma, y que había dado a luz a dos niñas gemelas. Las niñas se movían cerca de la madre, pero ella no podía acercarlas a sus pechos… La mujer me vio y supo que Dios me había enviado para buscar su alma. Se puso a llorar y dijo: “Angel de Dios: mi esposo acaba de ser enterrado, lo mató un árbol en el bosque. No tengo hermana ni madre ni tía, no hay nadie para criar a mis huérfanas, ¡no te lleves mi alma! Permíteme criar a mis niñas, hasta que se sostengan sobre sus propios pies… Los niños no pueden vivir sin un padre, sin una madre.”
   Yo escuché a la madre, y puse una de las niñas contra su pecho y la otra entre sus manos, y me elevé hacia el Señor. Y cuando estuve delante de Él, le dije que no podía llevarme el alma de esa madre… Y el Señor me dijo: “¡Ve y toma el alma de esa mujer!... Y aprenderás tres verdades.... Aprenderás: qué hay en los seres humanos, y lo que no es dado a los seres humanos, y  aquello por lo que viven los seres humanos… Cuando las hayas aprendido, volverás al cielo”.
   Volví a la tierra y tomé el alma de la mujer… Las pequeñas cayeron de los pechos y el cuerpo muerto aplastó a una de ellas, lastimando su pierna… Intenté llevar el alma a Dios, pero un viento me atrapó, mis alas cayeron, el alma fue por sí misma hacia Dios y yo caí sobre la tierra.

    Semión y Matriona comprendieron a quien habían vestido y alimentado, comprendieron quien era el que había vivido con ellos, y lloraron… con temor,  asombro, embeleso y  alegría.
   Y dijo el ángel:
 —Estaba solo y desnudo… Nunca había conocido las necesidades humanas, ni el frío ni el hambre, y me convertí en un hombre… Y no sabía qué hacer… Vi la capilla del Señor y fui hacia allí para esconderme. Pero la capilla estaba cerrada y no pude entrar… Y se acercó la noche…, estaba helado y hambriento y con dolor…  De pronto escuché a un hombre que venía por el camino. Traía un par de botas y hablaba consigo mismo… Vi un rostro humano, por primera vez desde que me volviera hombre: ese rostro me pareció terrible y pensé que él no iba a ayudarme… El hombre siguió de largo y sentí desesperación, hasta que oí que regresaba… Lo miré y no lo reconocí:  antes, la muerte había estado en su rostro, ahora él había revivido,  y en su rostro vi a Dios… El vino hacia mí, me vistió y me llevó a su casa… Y una mujer estaba en la casa: ella era aun más terrible. Quería enviarme afuera, al frío, hasta que su marido le hizo recordar a Dios… Y ella, repentinamente cambió… Y cuando nos dio de comer y nos miró, la observé:  ahora estaba viva y reconocí a Dios en ella.
   Y supe la primera verdad:  lo que hay en los seres humanos.
    Supe que hay amor en los seres humanos… Y me regocijé, porque Dios había comenzado a revelarme lo que había prometido… Entonces sonreí por primera vez.
    Empecé a vivir con ustedes… Y al cabo de un año vino ese hombre, para encargar un par de botas que duraran un año sin gastarse ni romperse. Yo lo miraba, y de pronto vi detrás de su hombro a mi compañero, el ángel de la muerte… Solamente yo lo vi, dándome cuenta que antes que el sol se pusiera el alma de ese hombre sería llevada. Y pensé: este hombre quiere proveerse por un año y no sabe que no vivirá hasta la noche…
   Entonces conocí la segunda verdad: lo que no es dado a los seres humanos...
   No les es dado saber lo que realmente necesitan
   Y sonreí por segunda vez… Y esperé hasta que Dios quisiera revelarme la tercera verdad.
   Al sexto año vino la mujer con las gemelas. Las reconocí y supe cómo habían podido sobrevivir… Y cuando la mujer se emocionó, vi en ella al Dios vivo, y comprendí aquello por lo que viven los seres humanos. Y supe que Dios me había revelado la tercera verdad y me había perdonado… Y sonreí por tercera vez.
    El cuerpo del ángel se vistió de luz, para que los ojos no pudieran contemplarlo, y habló con más fuerza, como si la voz no viniera de él sino del cielo.
   Y dijo:
He comprendido que cada ser humano vive no por sí mismo, sino por amor. No fue dado a la madre saber lo que sus niñas necesitaban para vivir, ni al hombre rico saber lo que necesitaba para sí mismo. Y no le es dado a ningún ser humano saber si antes de la noche necesitará botas o zapatillas de muerto…
   Y me mantuve vivo cuando era un hombre, no por lo que hice para mí mismo, sino porque había amor en alguien que pasó y en su esposa…, porque tuvieron piedad de mí y me amaron…
   Y las huérfanas vivieron porque había amor en el corazón de esa mujer, quien se apiadó de ellas y las amó…
   El que tiene amor está en Dios y Dios está en él, porque Dios es amor.
   Y el ángel comenzó a cantar loas a Dios…, y debido a su voz la casa tembló. El techo se abrió, y apareció una columna de fuego elevándose…
   Semión, Matriona y los niños cayeron por tierra…
   Las alas del ángel se desplegaron… y se elevó hacia el cielo…

    Cuando Semión despertó, la casa estaba como antes, y solo estaban él y su familia.
 


Fin




No hay comentarios:

Violeta y el Camino de los 22 Arcanos, casi tres años en este blog

      Cuando publiqué tres de mis novelas en forma de blog, varias personas me aconsejaron que no lo hiciera. Sin embargo, no estoy arrepent...