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La tapa de siempre

La tapa de siempre
Violeta y el Camino de los 22 Arcanos

sábado, 18 de febrero de 2017

Dostoievsky. El sufrimiento convertido en arte

    Fedor Dostoievsky es uno de los más grandes novelistas de la historia literaria, y al saber más acerca de su vida, decidí volver a leerlo para apreciar nuevamente su obra.

   Sus novelas son desgarradoras: dolor, enfermedad, muerte, pasiones y tormentos, el inconsciente, pero también la fe a pesar de los tormentos y la redención que sigue al crimen y la culpa.  Y toda su obra es un fiel reflejo de lo que fue su vida. Cinco años como preso político en Siberia, después de una experiencia límite en la que estuvo al borde de ser fusilado. La continua zozobra económica y el endeudamiento, agravados por su adicción al juego, que lo llevaron a exiliarse por largos períodos para huir de sus acreedores. El fallecimiento de dos de sus pequeños hijos, hecho que si bien era bastante común en esos tiempos, no por eso impedía el dolor de los padres. Y además, su mala salud, sus crisis epilépticas. Sin embargo Dostoievsky, quien era profundamente religioso, se inspiró en sus aflicciones y pudo convertirlas en arte literario. En muchos de sus personajes hay una perpetua exaltación, conflictos internos que se expresan mediante actos impulsivos y desatinados, y no es difícil adivinar detrás de esa casi locura, parecidos desgarramientos e impulsos en el autor. 

    Y sus novelas son sin duda espirituales, porque enlazados profundamente en la trama, están los temas de la existencia o no existencia de Dios, de la moral y el libre albedrío, de la culpa y la redención.

   En El Idiota el protagonista es la personificación de la bondad, la compasión y la sinceridad, lo cual lleva a otros personajes “más normales” a definirlo como idiota. En esta novela encontramos testimonios clarísimos de la vida de Dostoievsky, como un fragmento en el cual transmite su propia experiencia al ser condenado a muerte, lo que sintió durante los minutos que creyó eran los últimos de su vida. O el siguiente fragmento, donde hay una descripción minuciosa de esos estados alterados de conciencia que se experimentan antes de un ataque de epilepsia.
  “Él recordó que durante sus ataques epilépticos, o más bien inmediatamente antes, siempre había experimentado un momento o dos en que su corazón y su mente y su cuerpo parecían despertar a un vigor y una luz, y él se colmaba de alegría y esperanza, y todas sus ansiedades parecían desaparecidas para siempre… Que había belleza y armonía en esos anormales momentos, que ellos realmente contenían la más elevada síntesis de la vida, él no podía dudarlo… El sentimiento de intensa beatitud en ese momento…”

   En Los hermanos Karamazov, la fe y la falta de fe es representada mediante dos de los hermanos. El menor, novicio religioso en un monasterio y practicante del amor que se expresa en acción,  e Iván, quien cuestiona la existencia de Dios, al menos de un Dios bondadoso, debido al dolor y la crueldad que hay en el mundo. Dice Iván: “Pienso que si el diablo no existe, sino que el ser humano lo ha creado, lo ha creado a partir de su propia imagen y semejanza”.
   Hay un pasaje de la novela que los analistas citan con frecuencia “El gran inquisidor”, un poema de Iván, el cual especula acerca de lo que hubiera sucedido si durante el reinado de la Inquisición en España, Jesús Cristo hubiera nuevamente aparecido: “Él venía dulcemente, sin ser notado, y sin embargo todos lo reconocieron… La gente era irresistiblemente atraída hacia Él, lo rodeaban, lo seguían… Él se movía silenciosamente en medio de ellos con una suave sonrisa de infinita compasión…” 
   Y el poema narra el encuentro entre Jesús y el gran inquisidor. Éste, quien también lo reconoce de inmediato, lo manda detener y le dice: “Sé muy bien lo que dirías. Pero no tienes derecho a  añadir nada a lo que ya has dicho. ¿Por qué, entonces, has venido a  obstruírnos?… Mañana te condenaré y te quemaré en la estaca como al peor de los herejes”.

   En Crimen y Castigo, Dostoievsky se sumerge en la mente de un estudiante pobre que se convierte en criminal (al asesinar a una anciana usurera y su hermana),  y no hay duda que la experiencia de su autor, al estar en contacto con toda clase de criminales durante sus años de prisión en Siberia, está detrás de la profundidad psicológica con la cual construye al personaje y a sus conflictos morales internos luego de cometido el crimen. 
    
   Hay otros asuntos, explícitos o no, en las novelas de Dostoievsky, además de los usuales en toda novela (romances, conflictos familiares, amistades, etc.). La muerte es una presencia importante y también la realidad del inconsciente. Hoy en día el inconsciente es una parte nuestra honrada y reconocida, pero no cuando Dostoievsky escribía. Sin embargo, esta parte nuestra, sus ansiedades e impulsos, sus acechantes oscuridades, su manifestación mediante sueños simbólicos,  está presente en los atormentados personajes de sus novelas.

 Su vida también fue atormentada y sólo en sus últimos años logró algún sosiego, debido al éxito de sus novelas, que le dieron cierta seguridad económica, y a su matrimonio con una joven mujer, quien lo ayudó a estabilizarse, manejando con pericia sus asuntos materiales y envolviéndolo en el soporte del  amor familiar.


Nota: los fragmentos de El Idiota y Los Hermanos Karamazov, son traducción de la autora de este blog. 

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