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La tapa de siempre

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Violeta y el Camino de los 22 Arcanos

viernes, 21 de agosto de 2020

Ficción espiritual


Acerca de la Ficción Espiritual

    Muchas  veces, desde que me inicié como autora de novelas (allá por 1996) me pregunté por qué no había más estudios sistemáticos o definiciones acerca del tipo de novela que yo escribía. Aunque siempre ha existido la narrativa con elementos espirituales, parecía que el género escapaba a las definiciones, si bien abunda  en nombres: ficción religiosa, metafísica, nueva era, de autoayuda, visionaria, evolutiva, espiritual… A mí me gusta llamarla Ficción Espiritual.
   Y hace poco apareció en la web un grupo de escritores de Estados Unidos (Visionary Fiction Alliance), que -partiendo de las ideas de Jung-  están tratando de definir a este género, llamándolo Ficción Visionaria: aquella donde  el crecimiento de la conciencia es el tema central, el que mueve a los personajes. 
  Más allá de que su iniciativa me parece interesante, creo que con sus definiciones están limitando los alcances de esta clase de ficción. Leyendo lo que dicen en sus páginas, vi que determinaban qué ficciones eran visionarias y cuáles no lo eran, y eso me parece arriesgado. Algunos de estos escritores lo reconocen, diciendo que es muy dificíl delimitar qué narraciones corresponden a  ficción visionaria, cuáles a  ficción espiritual y cuáles a ficción nueva era, siendo que estos géneros se consideran lo mismo -o casi- a efectos del marketing. 
   Y me llamó la atención que algunos de ellos declaran que esta clase de  ficción es un género nuevo. Supongo que siguiendo su intento excesivamente delimitatorio, esto podría ser cierto. Pero usando un criterio más amplio, jamás podría decir que éste es un género nuevo. 
   Ya de por sí, esto de marcar géneros literarios implica empobrecer las historias que se escriben, porque como digo en otro post, todas las grandes novelas son integrales. O sea, tienen de todo, y también –en alguna medida- espiritualidad.
    La espiritualidad es parte de nuestra condición humana y ha estado presente desde que existen las narraciones.  
    En la literatura épica de Oriente, que se transmitía en forma oral, el elemento espiritual es parte de la trama, como en el antiquísimo Mahabaratha de la India (que se registra a partir del siglo IV a.c.). Y en el folklore de Oriente y Occidente, hay a menudo –además de los elementos míticos y fabulosos- componentes éticos y espirituales. 
  Ya con la imprenta, en los siglos XVI y XVII, tenemos literatura espiritual escrita en castellano, quizás no con forma de novela, pero sí en el género autobiográfico (que es una variedad narrativa) y en la poesía. Como ejemplo los grandes místicos cristianos Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, quienes escribieron poesía mística muy inspirada y libros donde el lirismo es vehículo de una doctrina. Santa Teresa relató  su vida y sus experiencias en libros de profunda espiritualidad, que podrían incluirse en el género autobiográfico. 
   En otros idiomas hubo muchas obras de la literatura donde lo espiritual estuvo presente. Podemos mencionar al alemán Goethe y con el transcurrir del tiempo, al inglés Charles Dickens.   
  Las novelas de los rusos Tolstoi y Dostoievsky, y las de algunos escritores españoles del siglo XIX, tienen fuertes componentes espirituales. Entre los españoles citaría a Benito Perez Galdós, Emilia Pardo Bazán y Leopoldo Alas “Clarín”. (Acerca de Tolstoi, hay un post en mi blog http://creadoresmisticosytransmutantes.blogspot.com )
  En el siglo XX tenemos a muchos más. Por un lado la temática espiritual o metafísica en la obra de Herman Hesse, leído y admirado por varias generaciones de buscadores espirituales de todos los países. Y también podríamos mencionar a su compatriota Thomas Mann.
   El escritor inglés Aldous Huxley, además de ensayos, escribió ficciones, y el elemento espiritual de su obra, sobre todo la de sus años de madurez, es innegable. 
  Y están también los escritores que se definen claramente dentro de una narrativa católica, como el norteamericano Graham Greene. 
  En la Argentina, los narradores más famosos del siglo XX tienen componentes espirituales en sus historias. De un modo elusivo y esotérico en Borges y fuertemente sobrenatural en Cortázar. También en las novelas de Ernesto Sábato, de un modo explícito aunque sin poner demasiado el acento en eso. (Ver el post acerca de Sábato en mi blog Vivencias de una Peregrina) 
  En las últimas décadas sobresalieron el norteamericano Richard Bach y el brasileño Paulo Coelho, quienes escriben ficción que podría entrar dentro de esta temática. Y también hay otros, que no venden todavía tanto como ellos, pero que escriben muy lindas historias, como el chileno Barrios, la argentina Chaikovska, el norteamericano Albom, y muchos otros que continúan siendo desconocidos para el gran público, como la autora de este blog. 
  Alguna vez, cuando intenté que alguna editorial publicara mi primera novela, una de las respuestas que se repitió fue que el género estaba saturado. Y posiblemente es verdad… Una editorial no publica nuevos autores de géneros determinados, cuando ya tiene uno (o varios) que están vendiendo bien en ese género, porque le conviene seguir publicándolos a ellos. 
   El género de ficción que estamos comentando  no le gusta a todo el mundo, y hoy en día, de acuerdo a lo que investigué, lo que más se vende es: romántico, erótico, policial, de suspenso, de aventuras, y ciencia ficción. Los demás géneros venden menos, y el género que Amazon denomina “ficción religiosa y espiritual” es la categoría que menos libros tiene.
  Claramente, en nuestros días, esta clase de ficción es un género minoritario. Sin duda, era verdad lo que me dijeron hace quince años, que el género estaba saturado. Y aunque hay mucha gente a quien interesa la espiritualidad, he descubierto que no muchos de ellos leen novelas: prefieren leer no-ficción. 
   Pero… ningún género literario desaparece para siempre… Aquello que la gente busca para leer responde a tendencias sociales y culturales que cambian de una época a otra. 
 Y estoy convencida que la narrativa espiritual volverá a tener épocas de esplendor. 
   Aunque quizás falte mucho tiempo para eso…
  
    





  
   

3 comentarios:

mareliahros dijo...

Hola, me ha gustado esta entrada. Soy autora indie de ficción espiritual y comparto todo lo que dices. Añadiría que no es el lector el que marca el ritmo de la editorial sino a la inversa. Abre bares y beberán alcohol. Abre tiendas de zumos y tomarán fruta. Y nos hacen creer que el negocio sigue a la demanda pero no es así. Nuestras elecciones como lectores o consumidores en general no son libres, están muy manipuladas. Pero no me importa, entiendo mi propósito y lo persigo. A algún puerto ha de llegar, no cuestiono. Pasa en otros ámbitos, no solo en literatura: arte, medicina, ciencia... Vendrán tiempos de luz. ¿Tus libros? ¿Disponibles en Amazon? Gracias y sigue iluminando por favor.

Savitri Ingrid Mayer dijo...

Gracias por tu comentario. Mis libros están en mis blogs. Un saludo cordial

David Sánchez dijo...

Hola, trato de convertirme en un escritor de ficción con la espiritualidad como epicentro de mi trabajo. Para ello trato de desarrollar un universo antes de ponerme a escribir los relatos en sí. Me gusta mucho tu trabajo y me gustaría saber si me podrías dar algún consejo. Gracias!

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