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La tapa de siempre

La tapa de siempre
Violeta y el Camino de los 22 Arcanos

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Fragmentos de una novela espiritual inédita



Un guru irreverente: Baba B… S…

   Al fondo del salón, sobre una pequeña alfombra que imitaba una piel de tigre, estaba sentado un sadhu de cabellos grises anudados en lo alto de la cabeza... Pude verlo mejor… Tenía sobre la frente unas franjas de ceniza horizontales y como única vestimenta un dhoti. Los caminos del Asia habían teñido su piel de un cobre oscuro y era tan delgado que se le notaban las costillas. A diferencia de la mayoría de los sadhus, no usaba barba, y en su rostro de pergamino brillaban un par de ojos claros…

   Cuando hablaba de Dios -o como él lo llamaba, del Eterno- y de los modos y vías para conocerlo, solía deslizar confesiones acerca de sus experiencias. 
—¿Qué somos, qué somos en realidad? —nos preguntó una tarde en que yo estaba sentada muy cerca de él.  
   Se oyeron algunos murmullos a modo de respuesta y él continuó:
—Lo que somos, y esto lo comprendí cuando empezaron mis experiencias de iluminación, se parece a la corriente eléctrica… Me supe esa corriente eléctrica, no nacida, inmortal, pura Conciencia, que circula por nuestro cuerpo dándole vida y que se retira cuando morimos.” 
 Un chico, con aspecto muy intelectual, hizo algún comentario objetando el concepto  de “corriente eléctrica”, comentario que no comprendí del todo, porque sus ideas y frases eran poco claras. 
 Baba lo miró en silencio unos segundos y dijo: 
—Bien…, esto de la corriente eléctrica es solamente una metáfora, porque lo que se percibe durante los estados alterados de conciencia, durante las experiencias iluminativas, es intransmisible…, excepto con metáforas…

   Le pregunté cómo seguir mi camino…
—Lo único que importa es que estés atenta, despierta, pues el aprendizaje más importante surge de la vida… —dijo mirándome con gravedad.



Fragmento de la novela, aun inédita, Peregrina en la India



Aclaración: este fragmento, como el resto de la novela, está registrado en la Dirección Nacional del Derecho de Autor de la República Argentina. Ninguna parte del mismo puede ser copiada o repetida (excepto citando la fuente y su autora).  




miércoles, 18 de noviembre de 2015

Cuando el arte invita a la reflexión (3)

Resurrección, de León Tolstoi

  Leí esta novela en mi adolescencia y me impresionó su profundo y significativo mensaje. La volví a leer hace algunos años y me siguió entusiasmando. Hay en ella  fuerza y espiritualidad, aunque coincido con muchos en que no es la mejor novela de Tolstoi, desde un punto de vista literario. Pero es, sin duda, la más comprometida con sus ideas y sus valores.  

  La trama: el príncipe  Nekhlyudov, narrador y personaje, es convocado para actuar como jurado en un caso de asesinato y entre los acusados reconoce a una joven que trabajaba en la casa de su familia y a la cual él había seducido años atrás, teniendo eso como consecuencia que la muchacha, de nombre Maslowa, fuera despedida y acabara en la prostitución. Aunque el príncipe comprende que la Maslowa es inocente, la mujer que ve ahora es por cierto muy distinta a la joven bella y pura que había conocido y tal vez…, de algún modo…, amado. Mediante una lucha del personaje consigo mismo, que implica una gran toma de conciencia, Tolstoi nos muestra las agonías de un ser humano que siente culpa y quiere redimirse. El príncipe comprende que debe ayudar a la Maslowa, hasta cualquier límite que la realidad imponga, porque se siente responsable: fue su acción inicial la que llevó a la mujer a una paulatina degradación.   

  El dilema central de la novela es un dilema moral, y su resolución aparece como el intento auténtico de un ser humano que reconoce sus errores y está dispuesto al sacrificio. Hay en él una paulatina transformación, y también la hay en la Maslowa,  lo cual se muestra con claridad en el desenlace, cuando ella marcha a Siberia junto a otros condenados, pero iniciando un camino nuevo y mejor en su vida.

   Por supuesto hay más asuntos e ideas en esta gran novela: las injusticias de la Rusia de esa época, la miseria de muchos, etc., etc. Como gran humanista cristiano, Tolstoi no deja nada sin decir, pero a los efectos de este post, me he centrado en lo esencial.

  Es una historia que conmueve y un ejemplo de arte comprometido, y aunque han pasado más de cien años desde que fue publicada, como sucede con toda gran novela, no ha envejecido.   

domingo, 6 de septiembre de 2015

Cuando el arte invita a la reflexión (2)



El Náufrago

    En este post me referiré a una película que es el contrapunto temático de “Mil veces buenas noches”. Si esta última es acerca de las elecciones en la vida, la que voy a comentar plantea una situación en la que es imposible elegir, en la que solamente podemos entregarnos. 
  El director de El Náufrago, Robert Zemeckis, se caracteriza por tratar profundos temas humanos y espirituales en sus películas, pero de un modo simbólico, jamás explícito. Y siempre sentí que esta película es una alegoría de la Entrega. 
    Después de un accidente de avión, el protagonista (Tom Hanks) es arrojado a una isla desierta, y cuando finalmente abandona las esperanzas de que lo encuentren, logra entregarse a su situación. En una escena casi al final, al contarle a un amigo sus vicisitudes en la isla (de la que no pensaba salir vivo), le confiesa que durante esos años de absoluta desesperanza sintió que lo único que podía hacer era “continuar respirando”, o sea, mantenerse con vida. 
   Al cabo de cuatro años, la marea trae a la playa una parte del avión, la cual le sirve de vela. Gracias a eso puede construir una balsa y abandonar la isla, aunque después de días remando, pierde la vela durante una tormenta. De nuevo, como durante esos cuatro años, su única opción es entregarse. Casi inconsciente yace sobre la balsa, que va a la deriva, hasta que ya en el límite de sus posibilidades de sobrevivir, se cruza en su camino una gran nave que lo rescata. 
   A mi juicio,  el mensaje central es que nuestra voluntad puede muy poco, porque hay fuerzas que determinan los acontecimientos y que siempre nos superan. Este tema aparece en otras películas de Zemeckis, como en “El Vuelo” (una película notable, que comentaré en otro post). Claro que ésta es mi interpretación, porque otras podrían mencionar el azar, y claro que hay mucho más para decir sobre El Naúfrago... Únicamente me he referido a lo que resonó más en mí. 
   Porque cuando una obra (novela, película, etc.) es realmente arte, resuena en los espectadores o lectores de muchas maneras, las cuales pueden ser muy distintas para cada uno e ir más allá, mucho más allá, que lo que sus autores inicialmente pretendían.  

sábado, 18 de julio de 2015

Cuando el arte invita a la reflexión: temas espirituales y existenciales en novelas y películas (1)




Mil veces buenas noches

  Esta excelente película, dirigida por Erik Poppe, además de plantear una historia muy actual y de profundo alcance, es de esas que invitan a polemizar. 
   Rebecca es una fotógrafa de guerra, y después de un incidente en un país árabe en el que casi pierde la vida, al volver a su hogar en Irlanda tiene que enfrentase a un terrible dilema. Su esposo (biólogo marino y ecologista), quien hasta ese momento había admirado su trabajo, le plantea que no lo soporta más, como tampoco lo soportan sus hijas (una pequeña y una adolescente), quienes están siempre a la espera de que su madre muera. 
   Rebecca (Juliette Binoche) es una idealista, su trabajo la apasiona y lo siente como una misión: ella quiere mediante sus fotografías mostrar a la gente lo que sucede en otros lugares del mundo, las injusticias que otros padecen. Pero su trabajo trae sufrimiento a los suyos. Desgarrada entre el tironeo de su vocación y el de su vida como madre y esposa, Rebecca tiene que elegir. Y al final de la película lo hace, aunque no diré en este post cual es su decisión, para no anticipar la evolución de la trama. 
  Sin duda, y sin llegar a un caso tan extremo, elegir entre la vocación y los deberes familiares es una elección difícil, y más para una mujer. Y habrá quienes opinen que la familia está primero, y otros que opinen que un ser humano debe seguir sus sueños e ideales, a costa incluso del sacrificio suyo y de sus seres queridos.  
 Mientras miraba la película, no dejaba de pensar que su protagonista era heroica, y que su pasión por testimoniar era algo valioso, pero que… no debería haber tenido hijos. La vida es muy corta, y no podemos abarcar todo. Y si nuestros ideales nos conducen en una dirección peligrosa (o algo equivalente, como un trabajo que nos quite la mayor parte del tiempo), y más siendo mujeres, deberíamos pensarlo mucho antes de ser madres. Y no creo que sea distinto en el caso de los hombres. La procreación era una necesidad en tiempos remotos, para que la especie no  desapareciera, pero en un mundo superpoblado como el de hoy renunciar a los hijos es una opción viable, y sobre todo para personas que desean una vida con riesgo, como la protagonista del film que comentamos. 
   Pero muchas personas pensarán de otro modo… 
  No hay respuesta única para este claro dilema. Creo que hay respuestas individuales, que dependerán de como cada uno es o siente.  
  

miércoles, 29 de abril de 2015

Por qué un libro se convierte en best seller




   Cada vez que he leído un best seller, me he preguntado con desconcierto qué hizo que se convirtiera en best seller. ¿Un libro se convierte en best seller sólo como resultado de una poderosa campaña promocional o hay otros factores? 
  Revisando lo que dicen los expertos sobre este asunto, encontré que algunos definen fórmulas, asegurando que se repiten en todo best seller. Por ejemplo, que sea muy entretenido, que tenga suspenso, que emocione, que enganche, que imite al folletín, que su lenguaje sea sencillo, que tenga mucha acción y muchos diálogos, etc., etc. Un conocido novelista asegura que al best seller lo hace el público y otro (autor de best sellers) confiesa que no sabe el motivo.  Y todos aseguran que un superventas no puede preveerse ni planearse (sino todos los autores los escribirían). 
  Otros analistas atribuyen a la maquinaria promocional todo el mérito, diciendo que las editoriales apuestan por libros que responden a los gustos y expectativas del público masivo en ese momento. No es una literatura sofisticada, sino de entretenimiento, sin profundidad ni planteos que vayan más allá que hacerle pasar un buen rato al lector.
   El "Código da Vinci" es un ejemplo de superventas debido a la maquinaria promocional. Se trata, a mi juicio, de una novela entretenida y punto, que si bien pretende transmitir información original, se limita a repetir datos de otros libros, los cuales por añadidura no son considerados como fuentes de confianza.
  Por otra parte, al investigar he descubierto libros que no tuvieron éxito en su momento pero lo tuvieron mucho después. Un ejemplo sería "Moby Dick", de Herman Melville. Su autor era un novelista famoso, pero esta obra no tuvo éxito en vida del autor. Sin embargo, se convirtió en best seller cien años después. 
  Hay libros que se convierten en best sellers eternos. Un ejemplo es "El Principito", que no responde a ninguna de las fórmulas mencionadas antes. ¿Cuántas décadas han pasado, y esta pequeña joya se sigue leyendo? 
   Y "Cien años de Soledad", de García Márquez, se vende muchísimo desde que se publicó, y tampoco responde a las mencionadas fórmulas. Es literatura con mayúsculas, original, y sin ninguno de los ingredientes mencionados por los expertos, excepto que sí es muy entretenida.  
   Creo, además, que a partir de cierto punto el best seller se vende porque es best seller. Es como una bola de nieve, que a medida que rueda se agranda. Mucha gente compra un libro porque es un superventas, dando por supuesto que si llegó a serlo sus méritos tendrá. 
    Lo curioso es que muchos de estos grandes best sellers fueron inicialmente rechazados por las editoriales, hasta que alguna dijo sí,  se arriesgó, y el libro se convirtió en superventas. Un ejemplo sería "Juan Sebastián Gaviota" de Richard Bach.  
   Como síntesis de lo investigado acerca de este asunto,  mi deducción es que deben darse dos requisitos para que un libro se convierta en superventas:

(1) Una maquinaria editorial poderosa, que pueda lanzar a un libro de modo tal que todos los lectores del mundo tengan acceso al mismo (mediante traducciones) y que pueda publicitarlo hasta el cansancio en todos los medios. 

(2) Cumplir con ciertas condiciones indefinibles, con cierto factor x. El  factor x es ese componente desconocido que hace que un libro le guste a muchísima gente, quizás porque toca temas que conectan con las necesidades del inconsciente colectivo, porque responde a corrientes subterráneas que lo hacen atractivo. 
  Ese factor x no implica excelencia literaria. En el caso de la novela "La novena revelación", un gran superventas de los años noventa, literariamente pésima, el factor x era la información que brindaba sobre temas claves, transmitida de un modo sintético, claro y entretenido. 
  "El Alquimista" de Paulo Coelho, es por el contrario una historia bellamente escrita, pero su factor x no tiene que ver con eso, sino con sus inspirados mensajes, los cuales fascinan a todo el mundo porque son un estimulante de la esperanza, fortalecen nuestras ilusiones. Este relato es en realidad un poderoso libro de autoayuda.
   El factor x de "El Código Da Vinci" es que pretende transmitir información confiable (y bastante escandalosa) acerca de asuntos que intrigan y apasionan a muchísima gente, relacionados con los orígenes del Cristianismo.  
   Las novelas de Herman Hesse empezaron a venderse mucho cuando emergió en Occidente una búsqueda espiritual que se enfocaba en otras tradiciones. Y no sé de nadie interesado en la espiritualidad que no haya leído alguna (o varias) de las novelas de Hesse. 

   Ahora bien,  el requisito (2) sin el (1) no funciona. La maquinaria editorial y la promoción poderosa son condición indispensable para hacer de un libro un superventas. Ningún libro se convierte en best seller si no lo publica una gran editorial que apueste por él (y son los best sellers los que dan más ganancia a una editorial). 
   Como ejemplo mencionaremos nuevamente a "El Alquimista" de Coelho.  Este relato tuvo una primera edición en Brasil que fracasó (mil ejemplares que no llegaron a venderse por completo), pero años después su autor consiguió que una importante editorial norteamericana lo volviera a publicar (Harper Collins) y entonces el libro despegó y llegó a ser un mega best seller. 
  Tendríamos que preguntarnos qué hizo Coelho para conseguirlo, porque dada la creciente concentración del mercado editorial en el mundo, llegar a ser ese escritor o escritora privilegiados en quienes las poquísimas empresas editoriales grandes ponen el ojo, tiene la misma posibilidad que ganarse la lotería. 
  Hay muy pocas editoriales importantes en el planeta. Éstas dominan el mercado e incorporan a otras editoriales más pequeñas en su red empresarial global. Si observamos lo que pasa en las librerías, veremos que los libros expuestos bien a la vista (en la vidriera y en las mesas) son los publicados por las grandes casas editoras, las cuales hoy en día son empresas internacionales. 
   En este mismo blog, declaro en otro post (Quién decide lo que leemos) que desde hace décadas la mayoría de la gente compra los libros que expertos, críticos y periodistas le recomiendan. Y, ¡oh, casualidad!, ocurre que esos libros son todos publicados por las grandes editoriales. 
     En suma: aunque no esté presente el requisito (2), si se da el (1), un libro puede llegar a venderse muy bien. Quizás no a convertirse en mega best seller, ese que todo el mundo lee, pero sí a venderse bien o más que bien. Pero para llegar a mega best seller, son necesarios ambos requisitos. 




  


Violeta y el Camino de los 22 Arcanos, casi tres años en este blog

      Cuando publiqué tres de mis novelas en forma de blog, varias personas me aconsejaron que no lo hiciera. Sin embargo, no estoy arrepent...